Pilar Gutierrez Beired. Oleo sobre lienzo. |
El Ahora puede considerarse la puerta principal.
Otra puerta a lo No Manifestado se produce dejando de pensar. Esto puede empezar con algo muy sencillo, como hacer una respiración consciente o mirar una flor en un estado de alerta intensa, de modo que no haya un comentario mental al mismo tiempo.
La entrega – el abandono de la resistencia mental-emocional a lo que es – también se convierte en una puerta hacia lo No Manifestado. La razón para ello es sencilla: la resistencia interior lo separa de las demás personas, de usted mismo, del mundo que lo rodea. Fortalece la sensación de separación de la que el ego depende para su supervivencia.
Prestar atención al silencio exterior crea silencio interior: la mente se vuelve tranquila. Se está abriendo una puerta.
La “nada” sólo puede convertirse en una puerta hacia lo No Manifestado si usted no intenta atraparla o comprenderla.
El espacio y el silencio son dos aspectos de la misma cosa, la misma nada.
Hay otra puerta involuntaria. Se abre brevemente en el momento de su muerte física.
Esta puerta se abre solo brevemente y a menos que usted haya encontrado ya la dimensión de lo No Manifestado durante su vida, probablemente se lo perderá.
Toda puerta es una puerta hacia la muerte, la muerte del falso ser. Cuando la cruza, usted deja de derivar su identidad de su forma psicológica, hecha por la mente.
El final de la ilusión, eso es todo lo que es la muerte. Es dolorosa sólo en la medida en que usted se aferre a la ilusión.
El poder del Ahora. Eckhart Tolle.