El alma, de acuerdo a su estado evolutivo puede definirse en diferentes condiciones tan solo para diferenciar el aprendizaje que deberá llevar a cabo al encarnar en este plano.
Si bien nuestro recuerdo de misión y propósito se desvanece al encarnar, en nuestro fuero interno muchas veces sentimos un desasosiego y vacío existencial sin ser conscientes de ello, pero necesario trascender para evolucionar, o simplemente podemos vibrar en un estado en el que no necesitamos respuestas espirituales a nuestra existencia, son dos almas opuestas, que solo se distinguen por las experiencias acumuladas en la rueda kármica de reencarnación.
Las almas viejas, tienden a recordar solo de manera intuitiva el tránsito por varias encarnaciones, comprenden que se encuentran culminando esa rueda kármica, aún sin saber muchas veces qué necesitan transcender en su vida actual. Son almas que si bien tienen una conexión y apertura espiritual significativas, suelen sentirse perdidas, incomprendidas y no encajan en este plano dual.
Sienten un profundo anhelo de volver a su sitio de procedencia, y no reconocen en ésta encarnación prácticamente ninguna conexión de las que puedan servirse para evolucionar, dado que ya han vivenciado en otras existencias todo tipo de experiencias necesarias para avanzar, es por ello, que estas almas viejas encarnadas, pueden llegar a tener períodos de depresión, pérdida de entusiasmo, vivencian un profundo vacío existencial que no pueden llenar, se sienten confusas y van retrasando su último tramo de la rueda kármica de encarnación hasta tomar realmente consciencia y trascender su última lección en su GRAN despertar.
Las almas jóvenes en cambio, se hallan a gusto en este plano material, suelen identificarse con los paradigmas establecidos, y su búsqueda espiritual es prácticamente nula. El velo del olvido está presente durante toda su existencia en esta encarnación, y varias de las que le sigan, ya que no tendrá la necesidad ni se replanteará su misión álmica, puesto que se siente más atraída por lo material y el juego de la dualidad.
Su vibración aún es densa, no posee la sutilidad de las almas viejas. Son almas encarnadas más mentales y racionales que emocionales.
Poseen menos experiencias acumuladas y precisan aprender de este plano dual para saldar karma y continuar con su evolución personal.
Indistintamente con qué alma te sientes identificado energética y vibracionalmente, todos venimos con una misión específica hasta llegar a vivenciar el GRAN despertar de consciencia, nuestra alma atravesará por todas las experiencias terrenales hasta que su nivel evolutivo sea el necesario para no volver a encarnar.
En tanto…, pregúntale a tu alma ¿qué necesita aprender? ¿Cómo puedes ayudar atrayendo los acontecimientos propicios en tu vida actual para que puedas evolucionar?
No te limites solo a los órdenes preestablecidos de este plano de dualidad, tu alma necesita más que encarnar para estudiar, trabajar, casarse, tener hijos, y envejecer. El alma no tiene polaridad, cuando el alma necesita reencarnarhay algo mucho más trascendental que debe superar.Florencia Lozada
FUENTE soyespiritual.com