En la religión budista, se entiende al desapego como uno de los caminos principales hacia liberación.
Pero, ¿qué es realmente el apego? Es un término que ha tenido muchas malas interpretaciones dentro de los círculos espirituales.
Mucha gente tiene incrustado en su cabeza que no deberían apegarse. Prueba de esto es que hay incluso chistes al respecto, como el que dice que por qué en las casas de los budistas abunda la suciedad en las esquinas? Pues porque ni siquiera se permiten tener apego su aspiradora…
Algunos iniciados espirituales se equivocan y critican a aquellos que viven una vida moral, por estar apegados a sus preceptos y así elogian la acción inmoral como un signo de sabiduría profunda.
En realidad, la palabra pali en cuestión que describe el apego es Upadana , que literalmente significa ‘consumir’. Se usa comúnmente para identificar la palabra ‘combustible’, que es aquello que en realidad enciende el proceso, tal como el aceite de una lámpara hace de combustible (Upadana) para que la llama se encienda.
Todo esto está también relacionado con el ansia (tanha ). Por ejemplo, las ansias de ir a por una deliciosa taza de café, Upadana también abarca esto. Incluso, aunque pienses que puedes dejar fácilmente la taza de café otra vez, y aunque tu mano no esté pegada firmemente a la taza, esto también es Upadana . Como ya has tomado ese café, ya has entrado en el proceso de apego.
Buda especificó cuatro grupos de Upadana, o lo que es lo mismo cuatro tipos de apego:
Así, el apego a la práctica de la compasión, a la práctica de los cinco preceptos o a los mayores preceptos de un monje o una monja y aferrarse a la práctica de la meditación, no son apegos perjudiciales y estaría mal desacreditarlos nombrarlos realmente como ‘apegos’.
Guardar los cinco preceptos es, de hecho, un desligamiento de los deseos ordinarios como la lujuria, la avaricia y la violencia.
La práctica de la compasión es un desligamiento del egoísmo y la práctica de la meditación lo es de pensar en el pasado y el futuro, y de otras muchas cosas más.
El logro de Jhana no es más que dejar ir el mundo de los cinco sentidos para acceder directamente a la mente.
El Nibbana es la separación de una vez por todas de todo sentimiento de avaricia, de odio y de ilusión, lo que vendrían a ser, las semillas del renacimiento.
El Parinibbana es el desligamiento final del cuerpo y la mente (Los cinco khandas).
Sería un gran error sugerir que cualquiera de estas etapas de abandono son lo mismo que cuando hablamos del apego, del que deberíamos liberarnos.
El camino es como una escalera. Uno se va aferrando al peldaño de arriba a medida que va avanzando y abandona el escalón de abajo con cada paso. Pronto, el escalón nuevo que tocas es en el que ahora te encuentras de pie. Ahora es entonces el momento de dejar a aquel escalón por uno aún más arriba para poder avanzar. Si nunca te aferraste a algo, puede ser que espiritualmente no hayas crecido lo suficiente.
Para aquellos sin sabiduría, el abandono puede con frecuencia parecer como si fuese apego. Por ejemplo, un pájaro sobre la rama de un árbol en la noche, parece aferrarse fuertemente a la rama, pero en realidad se ha dejado ir y está totalmente dormido. Cuando un pájaro se deja ir y los músculos de alrededor de sus garras comienzan a relajarse, se enganchan sobre la rama. A mayor relajación, más apretadas estarán las garras. Es por esto que nunca verás a un pájaro caerse de una rama, aún incluso cuando estén dormidos. Esto puede verse como apego, pero de hecho, es el abandono.
El dejar ir a menudo conduce a la calma, el no moverse de dónde estés, por estos a veces puede confundirse con el apego.
Entonces, no te dejes disuadir por iniciados espiritual que están mal informados sobre Upadana y el apego. Aferrate sin miedo a tus preceptos, a tu objeto de meditación y al camino que te conduce al Nibbana.
Namasté.
FUENTE ayurvedadeltibet.com
Pero, ¿qué es realmente el apego? Es un término que ha tenido muchas malas interpretaciones dentro de los círculos espirituales.
Mucha gente tiene incrustado en su cabeza que no deberían apegarse. Prueba de esto es que hay incluso chistes al respecto, como el que dice que por qué en las casas de los budistas abunda la suciedad en las esquinas? Pues porque ni siquiera se permiten tener apego su aspiradora…
Algunos iniciados espirituales se equivocan y critican a aquellos que viven una vida moral, por estar apegados a sus preceptos y así elogian la acción inmoral como un signo de sabiduría profunda.
En realidad, la palabra pali en cuestión que describe el apego es Upadana , que literalmente significa ‘consumir’. Se usa comúnmente para identificar la palabra ‘combustible’, que es aquello que en realidad enciende el proceso, tal como el aceite de una lámpara hace de combustible (Upadana) para que la llama se encienda.
Todo esto está también relacionado con el ansia (tanha ). Por ejemplo, las ansias de ir a por una deliciosa taza de café, Upadana también abarca esto. Incluso, aunque pienses que puedes dejar fácilmente la taza de café otra vez, y aunque tu mano no esté pegada firmemente a la taza, esto también es Upadana . Como ya has tomado ese café, ya has entrado en el proceso de apego.
Buda especificó cuatro grupos de Upadana, o lo que es lo mismo cuatro tipos de apego:
- Apego a los cinco sentidos.
- Apego a las opiniones incorrectas.
- Apego a la idea de que la liberación puede ser alcanzada simplemente a través de ritos e iniciaciones,
- Apego a la idea de un yo.
Así, el apego a la práctica de la compasión, a la práctica de los cinco preceptos o a los mayores preceptos de un monje o una monja y aferrarse a la práctica de la meditación, no son apegos perjudiciales y estaría mal desacreditarlos nombrarlos realmente como ‘apegos’.
Guardar los cinco preceptos es, de hecho, un desligamiento de los deseos ordinarios como la lujuria, la avaricia y la violencia.
La práctica de la compasión es un desligamiento del egoísmo y la práctica de la meditación lo es de pensar en el pasado y el futuro, y de otras muchas cosas más.
El logro de Jhana no es más que dejar ir el mundo de los cinco sentidos para acceder directamente a la mente.
El Nibbana es la separación de una vez por todas de todo sentimiento de avaricia, de odio y de ilusión, lo que vendrían a ser, las semillas del renacimiento.
El Parinibbana es el desligamiento final del cuerpo y la mente (Los cinco khandas).
Sería un gran error sugerir que cualquiera de estas etapas de abandono son lo mismo que cuando hablamos del apego, del que deberíamos liberarnos.
El camino es como una escalera. Uno se va aferrando al peldaño de arriba a medida que va avanzando y abandona el escalón de abajo con cada paso. Pronto, el escalón nuevo que tocas es en el que ahora te encuentras de pie. Ahora es entonces el momento de dejar a aquel escalón por uno aún más arriba para poder avanzar. Si nunca te aferraste a algo, puede ser que espiritualmente no hayas crecido lo suficiente.
Para aquellos sin sabiduría, el abandono puede con frecuencia parecer como si fuese apego. Por ejemplo, un pájaro sobre la rama de un árbol en la noche, parece aferrarse fuertemente a la rama, pero en realidad se ha dejado ir y está totalmente dormido. Cuando un pájaro se deja ir y los músculos de alrededor de sus garras comienzan a relajarse, se enganchan sobre la rama. A mayor relajación, más apretadas estarán las garras. Es por esto que nunca verás a un pájaro caerse de una rama, aún incluso cuando estén dormidos. Esto puede verse como apego, pero de hecho, es el abandono.
El dejar ir a menudo conduce a la calma, el no moverse de dónde estés, por estos a veces puede confundirse con el apego.
Entonces, no te dejes disuadir por iniciados espiritual que están mal informados sobre Upadana y el apego. Aferrate sin miedo a tus preceptos, a tu objeto de meditación y al camino que te conduce al Nibbana.
Namasté.
FUENTE ayurvedadeltibet.com