Cuando los viejos patrones no sirven es hora de empezar de nuevo, de iniciar nuevos proyectos, nuevas rutinas, nuevas relaciones. Prepárate para los nuevos comienzos ejercitando tu cuerpo y tu mente.
Hay muchas personas a las que tras pasar por un momento de bloqueo personal, tal vez por un trabajo en el que no se sentían valorados o por el final de una relación que les ha traumatizado, se les hace difícil afrontar la pérdida y el vacío existentes para rehacer sus vidas y volver a confiar en sí mismos o en otras personas.
La no superación del pasado, el rencor, así como las comparaciones continuas y los miedos generados a que nos puedan volver a dañar, terminan por bloquearnos, considerando que la única protección posible pasa por no intentar empezar nada nuevo.
El miedo al cambio, a los nuevos comienzos, es una paradoja, pues el cambio es algo que experimentamos prácticamente desde que nacemos, sin ser apenas conscientes de ello. Todos los días nuestro cuerpo, nuestro entorno, las experiencias, las personas que conocemos, lo que aprendemos nos van haciendo diferentes. El cambio es parte de la vida, porque la vida es movimiento. El problema viene cuando somos conscientes del cambio y comenzamos a asociarlo con las adversidades, las tragedias, los problemas de la vida, en suma, cuando la incertidumbre toma el control, y todo hacemos la pregunta peligrosa “¿Y qué tal si pasa…x, y z?
Tu voluntad y a veces tu inteligencia te dice que es mejor permanecer en la zona de confort, que es precisamente la zona en que no hay cambios que nos provoquen la incertidumbre de la retroalimentación positiva.
Pero el cambio significa también renacimiento, nuevas posibilidades, y la excitación que esas nuevas posibilidades y los nuevos comienzos representan.
Cuando se produce un cambio drástico en tu vida puedes imaginarlo como el momento cero de tu nueva vida.
Imagina un artista de pie frente a un lienzo en blanco. ¿Qué pintará? Tal vez todavía no lo sepa. Las posibilidades son infinitas. Su libertad es completa y también su mente abierta. Enfrentando infinitas posibilidades es capaz de crear cualquier cosa.
Tan pronto como la visión emerja y trace las primeras líneas en el lienzo el universo de posibilidades infinitas empezará a reducirse, ya no son infinitas, pero delante de sus ojos se materializa el principio del principio y es libre de imaginar cualquier cosa.
Con los nuevos comienzos se relaciona la perfecta libertad.
Es el momento de permitirse a uno mismo no saber. Durante los nuevos comienzos relájate física y mentalmente y deja de utilizar tu “músculo mental” de decir “sí” a algunas cosas y “no” a otras. Cuando empieces una nueva etapa olvida los juicios y las opiniones. Suspende el creer y el no creer. Da la bienvenida a la iluminación de la ignorancia. Deja que tu mente nace en el océano de las posibilidades infinitas.
Igual que la primavera deja madurar las semillas que el invierno ha mantenido ocultas, o el artista deja surgir la imagen de su pincel, deja que se materialicen las oportunidades en tu nueva vida.
Pero antes de que eso ocurra deberás crear espacio para que la visión emerja. Así que este es el tiempo del despertar del campo del “no saber”.
Los nuevos inicios están físicamente relacionado con nuestra Lumbar 2 (L2). Para localizarla empieza identificando tu cresta ilíaca, en la parte superior de tus caderas, y traza una línea recta hasta tu columna vertebral. Esa vértebra es la L4. Dos vértebras más arriba está la L2.
Empezaremos con una pequeña meditación para preparar nuestra mente para esos nuevos inicios y insuflar Chi a nuestra L2.
Siéntate cómodamente o túmbate y relaja cada parte de tu cuerpo.
Inspira a través de todos los poros de tu piel recolectando la energía universal del Chi y concentrando esa energía en tu L2. Expulsa el aire y visualiza tu L2 brillando. Repite este patrón de respiración y visualización treinta y seis veces.
Después inspira concentrándote en la L2 y visualiza la luz desde tu L2 extendiéndose por todo tu cuerpo, tu columna, tus huesos y tus órganos internos. Repite treinta y seis veces.
Finalmente inspira y recoge la luz y la energía desde tu L2 hasta tu Dantien, situado tres dedos por debajo de tu ombligo en el centro de tu cuerpo. Cuendo exhales concentra la energía en el Dantien. Repite tres veces.
Después relájate y nutre tu Chi sintiéndote como una esponja absorbiendo el agua caliente en una gran bañera. Mantente así todo el tiempo que quieras.
Después de la meditación haremos el ejercicio de Chi Kung correspondiente a tu L2 y los nuevos inicios.
Siéntate con las piernas cruzadas y las dos manos presionando hacia abajo tu rodilla izquierda.
Inspira mientras gira la cabeza y la parte superior de tu cuerpo hacia la izquierda todo lo que puedas sin forzar. Contén la respiración mientras miras al suelo por detrás de ti durante unos segundos. Después expulsa el aire mientras vuelvas a la posición inicial.
Repite este proceso, con las manos sobre tu pantorrilla izquierda, pero esta vez girando tu cuerpo hacia la derecha todo lo que puedas.
Repite esto treinta y seis veces hacia cada lado.
Si no estás cómodo sentado con las piernas cruzadas puedes sentarte en una silla, con las piernas rectas y los pies apoyados en el suelo.
Una vez hechas las repeticiones mueve tu lengua dentro de la boca para crear toda la saliva posible. Cuando tengas la boca llena de saliva trágala y envía toda esa energía hacia abajo, hacia tu Dantian. Repite esto tres veces.
¡Y disfruta de tus nuevos inicios!
FUENTE evolucionconsciente.org
La no superación del pasado, el rencor, así como las comparaciones continuas y los miedos generados a que nos puedan volver a dañar, terminan por bloquearnos, considerando que la única protección posible pasa por no intentar empezar nada nuevo.
El miedo al cambio, a los nuevos comienzos, es una paradoja, pues el cambio es algo que experimentamos prácticamente desde que nacemos, sin ser apenas conscientes de ello. Todos los días nuestro cuerpo, nuestro entorno, las experiencias, las personas que conocemos, lo que aprendemos nos van haciendo diferentes. El cambio es parte de la vida, porque la vida es movimiento. El problema viene cuando somos conscientes del cambio y comenzamos a asociarlo con las adversidades, las tragedias, los problemas de la vida, en suma, cuando la incertidumbre toma el control, y todo hacemos la pregunta peligrosa “¿Y qué tal si pasa…x, y z?
Tu voluntad y a veces tu inteligencia te dice que es mejor permanecer en la zona de confort, que es precisamente la zona en que no hay cambios que nos provoquen la incertidumbre de la retroalimentación positiva.
Pero el cambio significa también renacimiento, nuevas posibilidades, y la excitación que esas nuevas posibilidades y los nuevos comienzos representan.
Cuando se produce un cambio drástico en tu vida puedes imaginarlo como el momento cero de tu nueva vida.
Imagina un artista de pie frente a un lienzo en blanco. ¿Qué pintará? Tal vez todavía no lo sepa. Las posibilidades son infinitas. Su libertad es completa y también su mente abierta. Enfrentando infinitas posibilidades es capaz de crear cualquier cosa.
Tan pronto como la visión emerja y trace las primeras líneas en el lienzo el universo de posibilidades infinitas empezará a reducirse, ya no son infinitas, pero delante de sus ojos se materializa el principio del principio y es libre de imaginar cualquier cosa.
Con los nuevos comienzos se relaciona la perfecta libertad.
Es el momento de permitirse a uno mismo no saber. Durante los nuevos comienzos relájate física y mentalmente y deja de utilizar tu “músculo mental” de decir “sí” a algunas cosas y “no” a otras. Cuando empieces una nueva etapa olvida los juicios y las opiniones. Suspende el creer y el no creer. Da la bienvenida a la iluminación de la ignorancia. Deja que tu mente nace en el océano de las posibilidades infinitas.
Igual que la primavera deja madurar las semillas que el invierno ha mantenido ocultas, o el artista deja surgir la imagen de su pincel, deja que se materialicen las oportunidades en tu nueva vida.
Pero antes de que eso ocurra deberás crear espacio para que la visión emerja. Así que este es el tiempo del despertar del campo del “no saber”.
Los nuevos inicios están físicamente relacionado con nuestra Lumbar 2 (L2). Para localizarla empieza identificando tu cresta ilíaca, en la parte superior de tus caderas, y traza una línea recta hasta tu columna vertebral. Esa vértebra es la L4. Dos vértebras más arriba está la L2.
Empezaremos con una pequeña meditación para preparar nuestra mente para esos nuevos inicios y insuflar Chi a nuestra L2.
Siéntate cómodamente o túmbate y relaja cada parte de tu cuerpo.
Inspira a través de todos los poros de tu piel recolectando la energía universal del Chi y concentrando esa energía en tu L2. Expulsa el aire y visualiza tu L2 brillando. Repite este patrón de respiración y visualización treinta y seis veces.
Después inspira concentrándote en la L2 y visualiza la luz desde tu L2 extendiéndose por todo tu cuerpo, tu columna, tus huesos y tus órganos internos. Repite treinta y seis veces.
Finalmente inspira y recoge la luz y la energía desde tu L2 hasta tu Dantien, situado tres dedos por debajo de tu ombligo en el centro de tu cuerpo. Cuendo exhales concentra la energía en el Dantien. Repite tres veces.
Después relájate y nutre tu Chi sintiéndote como una esponja absorbiendo el agua caliente en una gran bañera. Mantente así todo el tiempo que quieras.
Después de la meditación haremos el ejercicio de Chi Kung correspondiente a tu L2 y los nuevos inicios.
Siéntate con las piernas cruzadas y las dos manos presionando hacia abajo tu rodilla izquierda.
Inspira mientras gira la cabeza y la parte superior de tu cuerpo hacia la izquierda todo lo que puedas sin forzar. Contén la respiración mientras miras al suelo por detrás de ti durante unos segundos. Después expulsa el aire mientras vuelvas a la posición inicial.
Repite este proceso, con las manos sobre tu pantorrilla izquierda, pero esta vez girando tu cuerpo hacia la derecha todo lo que puedas.
Repite esto treinta y seis veces hacia cada lado.
Si no estás cómodo sentado con las piernas cruzadas puedes sentarte en una silla, con las piernas rectas y los pies apoyados en el suelo.
Una vez hechas las repeticiones mueve tu lengua dentro de la boca para crear toda la saliva posible. Cuando tengas la boca llena de saliva trágala y envía toda esa energía hacia abajo, hacia tu Dantian. Repite esto tres veces.
¡Y disfruta de tus nuevos inicios!
FUENTE evolucionconsciente.org