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LOS SUEÑOS LÚCIDOS PUEDEN USARSE PARA DISOLVER EL EGO Y LA SEPARACIÓN Y FAMILIARIZARSE CON LA IDEA DE QUE LA VIGILIA ES TAMBIÉN UN SUEÑO
Ahora compartimos aquí una práctica, que se deriva de un sueño lúcido del mismo Wallace, con la cual podemos aprender a disolver la percepción egocéntrica del mundo y empezar a experimentar la realidad como una manifestación del poder creativo de la mente que trasciende toda fijación o límite (una conciencia que fluye sin un yo).
Durante una participación en un panel sobre sueños lúcidos (que incluía al doctor Stephen LaBerge, una eminencia en el tema), Alan Wallace contó un sueño, uno de sus primeros sueños lúcidos.
Dice que estaba en un comedor de los 50 cuando cobró lucidez, y con el sentimiento de euforia que caracteriza el entrar en el estado de lucidez, saber que estamos soñando, se acercó a cada uno de los comensales y les anunció que era un sueño, que estaban en su sueño.
Pero estas personas, que existían en el espacio de su mente, “en mi propio holodeck” (la referencia es a Star Trek), no se interesaban por saber esto, seguían involucrados con sus hamburguesas y bebidas.
“Eso me sorprendió mucho, pensé ‘este es mi sueño. ¿No sabes que este es mi sueño?’…
Estos individuos que conformaban la ‘sociedad de mi mente’, aunque yo estaba lúcido, actuaban de maneras impredecibles”.
Wallace señala que “en un sueño no lúcido, las personas parecen radicalmente otras”, nos atraen, nos atemorizan, etc., pese a que todos surgen de nuestra mente.
Pero incluso en un sueño lúcido este efecto de otredad y separación se puede mantener:
Cuando te despiertas en un sueño de todas maneras te puedes identificar más contigo mismo, con tu persona onírica y te preguntas por qué los demás no responden a ti, como en mi sueño… pero cuando maduras en la práctica del yoga de los sueños aprendes a cortar los tentáculos de la identificación y te das cuenta de que esta persona aquí y estas otras, todas surgen de la misma base, y todas son igualmente yo.
Así uno puede desplazar el centro de atención en un sueño lúcido de la primera persona hacia otras, notando que todas surgen de la misma base, que tienen la misma sustancia. Lo interesante de esto es que puede aplicarse a la vigilia, que desde la perspectiva de la mente iluminada, según el budismo, también es como un sueño, en tanto que todo surge del sustrato de la mente.
Dice Wallace que si uno relaja el hábito de identificarse, de aferrarse a la propia persona, y en general suelta toda reificación, así entonces, tomando la perspectiva de la mente búdica, todas las apariencias de la vigilia también son una expresión de la propia mente, de la conciencia primordial:
“Aquí convergen todas las tradiciones místicas del mundo. Al soltar esta identificación, uno ve que todos son tú”.
Para poder aplicar esto evidentemente es necesario ser capaces de tener sueños lúcidos frecuentemente.
Una vez que se tiene la lucidez en el sueño entonces se debe recordar el plan de investigar la realidad de los diferentes participantes en el sueño y buscar desplazar la perspectiva, para ver desde aquello con lo que nos encontramos –algo así como ponernos en sus zapatos; al hacerlo seguramente descubriremos, como dice Wallace, que todos son yo, pero que ese “yo” no está en ninguna parte, está vacío.
Aquí un poco de bibliografía para para empezar a practicar:
Dalái Lama, F. V. (2009). Dormir, soñar y morir: una exploración de la conciencia.
Holecek, A, S. L. (2016). Dream Yoga: Illuminating Your Life through Lucid Dreaming and the Tibetan Yogas of Sleep.
Katz, M. (2011). Tibetan Dream Yoga: The Royal Road to enlightenment.
Leberge, S. (2009). Lucid Dreaming: A Concise Guide to Awakening in Your Dreams and in Your Life.
Norbu, C. N. (2002). Dream Yoga and the Practice of Natural Light.
Wallace, A. (2012). Dreaming Yourself Awake: Lucid Dreaming and Tibetan Dream Yoga for Insight and Transformation.
Wangyal, T. (1998). The Tibetan Yogas of Dream and Sleep.
LOS SUEÑOS LÚCIDOS PUEDEN USARSE PARA DISOLVER EL EGO Y LA SEPARACIÓN Y FAMILIARIZARSE CON LA IDEA DE QUE LA VIGILIA ES TAMBIÉN UN SUEÑO
Cuando soñamos que soñamos, está próximo el despertar.Hace unos meses publicamos una nota sobre un experimento muy específico que los soñadores lúcidos pueden hacer, el cual fue sugerido por el maestro budista Alan Wallace, para probar que existe cierta conciencia incluso en el sueño profundo e investigar la naturaleza de la mente.
–Novalis
Ahora compartimos aquí una práctica, que se deriva de un sueño lúcido del mismo Wallace, con la cual podemos aprender a disolver la percepción egocéntrica del mundo y empezar a experimentar la realidad como una manifestación del poder creativo de la mente que trasciende toda fijación o límite (una conciencia que fluye sin un yo).
Durante una participación en un panel sobre sueños lúcidos (que incluía al doctor Stephen LaBerge, una eminencia en el tema), Alan Wallace contó un sueño, uno de sus primeros sueños lúcidos.
Dice que estaba en un comedor de los 50 cuando cobró lucidez, y con el sentimiento de euforia que caracteriza el entrar en el estado de lucidez, saber que estamos soñando, se acercó a cada uno de los comensales y les anunció que era un sueño, que estaban en su sueño.
Pero estas personas, que existían en el espacio de su mente, “en mi propio holodeck” (la referencia es a Star Trek), no se interesaban por saber esto, seguían involucrados con sus hamburguesas y bebidas.
“Eso me sorprendió mucho, pensé ‘este es mi sueño. ¿No sabes que este es mi sueño?’…
Estos individuos que conformaban la ‘sociedad de mi mente’, aunque yo estaba lúcido, actuaban de maneras impredecibles”.
Wallace señala que “en un sueño no lúcido, las personas parecen radicalmente otras”, nos atraen, nos atemorizan, etc., pese a que todos surgen de nuestra mente.
Pero incluso en un sueño lúcido este efecto de otredad y separación se puede mantener:
Cuando te despiertas en un sueño de todas maneras te puedes identificar más contigo mismo, con tu persona onírica y te preguntas por qué los demás no responden a ti, como en mi sueño… pero cuando maduras en la práctica del yoga de los sueños aprendes a cortar los tentáculos de la identificación y te das cuenta de que esta persona aquí y estas otras, todas surgen de la misma base, y todas son igualmente yo.
Así uno puede desplazar el centro de atención en un sueño lúcido de la primera persona hacia otras, notando que todas surgen de la misma base, que tienen la misma sustancia. Lo interesante de esto es que puede aplicarse a la vigilia, que desde la perspectiva de la mente iluminada, según el budismo, también es como un sueño, en tanto que todo surge del sustrato de la mente.
Dice Wallace que si uno relaja el hábito de identificarse, de aferrarse a la propia persona, y en general suelta toda reificación, así entonces, tomando la perspectiva de la mente búdica, todas las apariencias de la vigilia también son una expresión de la propia mente, de la conciencia primordial:
“Aquí convergen todas las tradiciones místicas del mundo. Al soltar esta identificación, uno ve que todos son tú”.
Para poder aplicar esto evidentemente es necesario ser capaces de tener sueños lúcidos frecuentemente.
Una vez que se tiene la lucidez en el sueño entonces se debe recordar el plan de investigar la realidad de los diferentes participantes en el sueño y buscar desplazar la perspectiva, para ver desde aquello con lo que nos encontramos –algo así como ponernos en sus zapatos; al hacerlo seguramente descubriremos, como dice Wallace, que todos son yo, pero que ese “yo” no está en ninguna parte, está vacío.
Aquí un poco de bibliografía para para empezar a practicar:
Dalái Lama, F. V. (2009). Dormir, soñar y morir: una exploración de la conciencia.
Holecek, A, S. L. (2016). Dream Yoga: Illuminating Your Life through Lucid Dreaming and the Tibetan Yogas of Sleep.
Katz, M. (2011). Tibetan Dream Yoga: The Royal Road to enlightenment.
Leberge, S. (2009). Lucid Dreaming: A Concise Guide to Awakening in Your Dreams and in Your Life.
Norbu, C. N. (2002). Dream Yoga and the Practice of Natural Light.
Wallace, A. (2012). Dreaming Yourself Awake: Lucid Dreaming and Tibetan Dream Yoga for Insight and Transformation.
Wangyal, T. (1998). The Tibetan Yogas of Dream and Sleep.