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Channel: el sendero del mago
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NO HAY NADIE

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¿Te has dado cuenta de que este pensamiento "yo" no está siempre presente? 
Se trata de una forma de pensamiento fugaz, no permanente, que viene y va. 
¿Recuerdas la última vez que condujiste y te diste cuenta que no había ningún pensamiento "yo estoy conduciendo." Sólo había conducir, sucediendo? 
Así es que el "conductor" a veces está allí, a veces no. Sin embargo, el conducir sucede perfectamente, ya sea que "tú" estés allí o no. Detente ahora y ve esto.
~ Charlie Hayes 


NO HAY NADIE ~ Tony Parsons ~

No hay nadie. Nadie que esté haciendo algo, nadie lo hace. Nadie está respirando. Nadie está haciendo los sonidos, los sonidos simplemente suceden. “Escuchando los sonidos” está sucediendo. La ilusión es que tú los estás escuchando. Que hay alguien aquí sentado en una silla. Que ese alguien, ese individuo está escuchando sonidos sucediendo. 
Todo simplemente es el Ser, la vida. La vida, la vitalidad, es lo que está sucediendo. Y en esta vitalidad surge la idea de que hay alguien. La idea de que soy una persona, surge. Eso es absolutamente perfecto, está bien, es el juego. No está ni bien ni mal, es lo que sucede.

Cuando un individuo surge, el apropiamiento sucede. La idea “esto me está sucediendo a mi”. “Yo soy el que está respirando”. “Yo soy el que está escuchando los sonidos”. “Yo soy un individuo”, “yo soy el individuo separado al cual la vida le está sucediendo. Y para sentirme más cómodo necesito controlar esa vida. Necesito buscar placer y evitar el sufrimiento”. 
Ése es el juego, es perfecto. Está absolutamente bien. Es la vida sucediendo. Es el Ser, siendo. Es el Ser pretendiendo ser una persona. Es el Uno siendo dos; pretendiendo ser dos. Es el juego. 
Pero en esa separación hay un sentido de pérdida. Hay una sensación de que hay algo que no está completo. A menudo, en el mundo personal, eso es percibido. Hay millones de personas en el mundo no necesariamente sintiendo que algo falta todo el tiempo. Muchos están disfrutando y muchos no, pero por debajo de todo hay un desconfort, una sensación de que falta algo, un hueco, una carencia. Y para llenar esa carencia, las personas hacen todo tipo de cosas, como intentar convertirse en ricos o ser buenos en las relaciones o convertirse en cristianos o budistas. O convertirse en personas equilibradas, como los terapeutas que se convirtieron en personas equilibradas y perceptivas, que ya han superado sus bloqueos emocionales. 
Todo es para satisfacer un sentido de pérdida. Un sentido de que hay algo que no está realmente completo. De un secreto que está ahí pero que no puede ser visto. Entonces, nos llenamos con todo eso, y una de las cosas que hacemos con este hueco, esta carencia, es intentar llenarlo con algo llamado iluminación.

La gente escucha nombrar algo llamado iluminación o liberación, entonces, van y escuchan hablar de alguien que enseña la iluminación y sienten que es otra manera de “tal vez ésta sea la forma de sentirme completo”. Porque esto suena como la mejor actividad para satisfacerme. Entonces vamos a ver a maestros, y en toda nuestra vida hemos creído, como individuos, que el esfuerzo trae resultados. Vivimos en un mundo de metas personales, y vivimos en un mundo de anticipación; siempre va a ser mejor mañana. Entonces recurrimos a instructores, y la mayoría de los instructores y los llamados maestros nos enseñan como individuos que para que la unidad aparezca o nos iluminemos debemos convertirnos en algo; como quedarnos quietos o abandonar al ego.
No importa lo que sea, siempre es una larga lista, por ejemplo meditar. Y otra vez lo que sucede es que, de alguna forma, el sentido de la persona es reforzado una y otra vez. Siempre se acerca "mío", todo es por "mi". "Yo" tengo que enriquecerme. "Yo" tengo que ser bueno en el trabajo. "Yo" tengo que ser buen amante. "Yo" tengo que iluminarme. 
Y en cierto sentido, desde el primer momento de separación, ese primer pensamiento "yo", que aparece en una edad muy temprana, desde ese momento, la búsqueda comienza. Desde ese momento de separación con el Todo, aparece el buscador.
No hay nadie que no busque siempre que exista la persona. Entonces, buscar sucede. Y en el momento que ese pensamiento "yo" surge, el soñador es creado. Y construido a través de la vida, convirtiéndose en el soñador del sueño llamado "soy una persona en el mundo". Hay un mundo ahí fuera y yo soy una persona que tiene que negociar con el mundo. 
Entonces, la función de esa aparente persona es soñar, solo soñar, es el soñador. Y soñamos que podemos iluminarnos también; "si voy a ese maestro o a aquél, puedo convertirme en un iluminado". Es otra parte del sueño.

Despertar es darse cuenta de que no hay nadie. Despertar es despertarse del sueño de que hay alguien. Cuando el sueño y la idea de que hay alguien desaparecen, cuando el buscador ya no está más, aquello que es visto se vuelve evidente. No cae de ningún lugar, es todo lo que es. 
Lo que buscamos es todo lo que es. Lo que buscamos, ya es. Lo que lo es todo. 
Lo que buscamos es la vitalidad, la vida que ya es. Es la vida misma sin nadie ahí que esté vivo. Solo es la vida misma. 
Es como estar sentado en una silla, la respiración está sucediendo, el estar sentado en una silla está sucediendo, el escuchar esta voz está sucediendo, el escuchar sonidos está sucediendo... Ésta es la vida misma. Éste es el Ser. 
Nunca vino y nunca se fue, siempre ha sido la vitalidad misma. Y podrías salir e irte corriendo lo más rápido posible para escaparte de la vitalidad y seguiría siendo la vitalidad. Podrías resistirte a lo que está siendo sugerido aquí, y resistirte a la vitalidad es también la vitalidad.
Evitar la vida, evitar ser esto, es también ser esto. No hay nada que no sea la unidad, que no sea la vitalidad. Todo es la vida misma. Y de alguna manera u otra, el soñador cree que tiene que encontrar la vitalidad (el ser, la unidad, la iluminación). Entonces, gastan su tiempo en encontrar la iluminación. Eso también es la vitalidad. No hay nada correcto o incorrecto en eso, es absolutamente lo que es.

Y luego la gente escucha o se da cuenta que lo que buscan no lo pueden encontrar. Hay alguna realización con algunas personas de que no pueden encontrar lo que están buscando, y que no necesitan buscarlo, y la idea de ser un individuo separado de repente se desvanece. Y ahí está aquello que es visto.
Y aquello que es visto es ser lo que es. 
Esto, el respirar, el estar sentado en una silla... es ser lo que es, la fuerza vital, el Ser.
Absolutamente simple y muy ordinario, no se trata de grandes eventos. Convertirse en un gran esto o aquello es la absoluta ordinariedad de "estar sentado en una silla". 
Luego, el milagro es cuando tú estás sentado en una silla, todavía estás haciendo algo, todavía estás buscando algo, no estás realmente sentado en una silla, estás esperando al siguiente momento. El milagro es que cuando ya no estás más, cuando ya no hay un sentido de "yo", de ser alguien, entonces sólo queda "sentado en una silla".
Y luego la maravilla llega. La maravilla de un niño acerca de esto. 
Esto es lo que anhelamos; la maravilla como cuando éramos niños acerca de esto.
El amante perfecto. Nos encontramos con el amante perfecto, que nunca nos ha dejado. Nunca nos ha abandonado y nunca lo hará, es el amante constante; ser puro y atemporal.
Y luego, el juego se convierte de ser una búsqueda a ser una celebración. El despertar es simplemente la celebración de la vitalidad, de la vida que es. 

Así que podemos hablar juntos acerca de esto, aunque nunca podremos describir la liberación. Nunca podremos describir la maravilla de esto, pero podemos conversar juntos. Las palabras apuntan hacia algo más allá de las palabras. Las palabras son conceptos que apuntan hacia eso que no es conceptual.
En cierto sentido, es posible llegar a ver que esto es lo que es. No que al final de esta conversación va a suceder esta tarde o durante la semana. O si el responder las preguntas correctas o preguntar lo adecuado sucediera. No, eso no lo será. Esto es Eso, Esto es Eso que Es… Eso que ya Es y siempre Es, nunca dejó de serlo. 
Entonces, ya lo tienes. Puedes irte a tu casa y yo me puedo ir a mi casa. Esto ya es Eso que Es.
No necesitas a nadie que te enseñe. No necesitas un maestro, ¿cómo podría enseñarte a respirar o a sentarte en una silla?
¿Por qué alguien tendría la arrogancia de enseñarte a Ser cuando lo único que existe es ser? 
Esto es en verdad sencillo y directo. 

Todos los maestros del "hacer" te están enseñando a convertirte en algo. 
Todas las enseñanzas son de convertirte en algo, convertirte en alguien más sereno, convertirte en lo que sea. Siempre tienes que convertirte en eso. Nunca lo eres sino que tienes que convertirte en Eso. Si lo intentas un poco más fuerte, llegarás. 
Es absurdo! Tú ya eres Eso. Tú eres Esto. Esto ya Es.

La Unidad, la Totalidad es el amante perfecto porque nunca te deja. La gente cuando se libera me dice: "es sorprendente, porque lo que siempre estuve buscando nunca me dejó, siempre ha estado aquí, siempre ha sido Esto, lo que Es". Lo que ellos anhelan nunca los abandona, está constantemente aquí.

Mucha gente se siente atraída por este mensaje y cuando vienen y lo escuchan, lo rechazan, lo repelen. Esto es debido a que los opuestos se atraen y se repelen entre sí. Este mensaje les hace enfrentarse directamente y a la persona esto no le gusta. Porque de alguna manera sabe, de alguna manera es absolutamente conocido que cuando la persona escucha este mensaje, acaba desapareciendo. La persona pierde su identidad, lo cual es la liberación en sí. La liberación no es más que la pérdida de la identidad, del “yo”.

La historia solo es para el individuo, la persona. El pequeño "yo", la identidad separada, es la historia. No hay historia fuera de la entidad separada. Cuando el sueño de la separación emerge, el reloj comienza a hacer tic tac, y la aparente historia del "yo" comienza. 
Aparentemente, es solo en apariencia, solo una ilusión. Pero, dentro de esa historia emerge: "debo hacer que mi vida funcione" o "yo debo encontrar la iluminación" o cualquier otra idea que surja. 
La liberación es simplemente el colapso de toda esta historia. De toda la idea de que hay una tal cosa como el tiempo, un destino mío a perseguir o cambiar, una Deidad fuera de mí... Eso simplemente colapsa en el momento de la liberación. No queda otra cosa más que el mismísimo Ser, el cual es indescriptible.

Al individuo, eso le da miedo antes de la liberación, porque después de la liberación no queda nadie a quien adjudicarle ese miedo, porque no hay nadie, solo queda ser. Solo hay vida, solamente la vida sucediendo.
Así que no es nada especial, es totalmente ordinario, simple. Luego de la liberación todo continúa sucediendo como antes pero para nadie. En un sentido es completamente ordinario y en otro sentido es simplemente maravilloso. 
Es en realidad recordar, regresar al permanente asombro infantil. El niño que se asombra por cada cosa que hay a su alrededor y se siente maravillado. Así que después de esto, de la liberación, es vivir maravillado. Hay una dulzura gentil, un gentil asombro acerca de todo, por cualquier cosa. No le pasa a la persona, solo sucede el asombro.
La persona ya no aparece. No aparece el enojado por el atasco en el tráfico, el enojo puede suceder, pero no hay nadie que esté enojado. 
Toda esa noción de una entidad que es "dueña de algo" ya no está ahí. La Vida siempre es fluir libremente, así que todas las expresiones de la Vida, irritación, enojo, tristeza, elección, etc., todo está ahí. Después de la liberación solo está la Vida sola, no hay nada más.

Esto es todo lo que hay. Esto es lo sin forma en la forma. Esto es el vacío lleno. Es la nada y el todo. Es la energía sin límites que es la nada siendo todo en simultáneo. Esto es todo lo que hay.
Y es completamente libre. Esa energía sin límites es totalmente libre. No tiene autoridad, no hay ninguna autoridad sobre ella, es libre de autoridad. No tiene propósito, no tiene significado, simplemente es lo que es. 
Y básicamente es todo lo que hay. Y está más allá de la idea de necesitar consciencia, presencia pura o sapiencia. Es libre, se mantiene sola, es caótica.  
Y además es como el mago, porque esta energía sin límites puede ser cualquier cosa. Puede moverse más rápido que la luz y estar totalmente vacío en simultáneo. Y también puede aparecer como una energía fruncida, puede convertirse en lo que guste.

En la fisiología humana, esa energía fruncida aparece como un sentido de separación.
De pronto hay un “alguien”, aparece un “yo”, y aparece en una realidad artificial. Aparece en una realidad que es totalmente finita, es una realidad que solo abarca sujeto y objeto. Es una realidad de sujeto-objeto, es una realidad dualista.
El “yo” vive en esa realidad y solo puede existir en esa realidad. Así es como existe.
Y de alguna forma u otra cree ser real; “yo soy real”.
El “yo” crece rodeado de muchos “yoes” obviamente, y mientras más crece rodeado de otros aparentes “yoes”, más se convence de que es real.
El único problema acerca de este sentido de vivir en una realidad de sujeto-objeto es que en realidad es profundamente insatisfactoria. Hay un sentido de que algo falta y que algo se ha perdido, porque todo lo que se experimenta es experimentado como un objeto separado. Y entonces empieza la búsqueda en un nivel más profundo.
Todos los que viven en esa realidad separada también están buscando, pero para los sensibles hay una búsqueda más profunda para encontrar lo que podríamos llamar la realización. Porque las personas que son sensibles, no se sienten realizados en esta realidad separada.

Pero la entera naturaleza de esa realidad es finita, es una realidad de sujeto-objeto. Y lo que el buscador está buscando en la realidad finita es realmente lo infinito. Y el buscador no puede encontrar lo infinito en lo finito. Así que todo el esfuerzo de buscar la realización es fútil. 
Todo ese esfuerzo de “yo encontrando la realización” solo hace que el “yo” se haga más y más grande. Y el sentido de separación se refuerza mucho más por este esfuerzo de encontrar algo que está más allá de la experiencia del buscador. Porque es una energía infinita, y el buscador solo puede experimentarse a sí mismo y a su realidad en lo finito.

La libertad es la repentina disipación, el repentino desvanecer de esa energía, la cual siente que es real y siente que está viviendo en su propia realidad y siente que puede encontrar algo.
La liberación, la libertad, es el fin de la energía de la búsqueda. Esta energía colapsa, de pronto se desvanece, de pronto ya no está ahí, y todo lo que queda es desconocido. 
La energía de la separación colapsa y no queda nada que sepa que ha colapsado, lo que queda es lo que es. Lo que queda cuando el buscador colapsa o se desvanece es completamente desconocido, no se puede describir, pero podrías decir en palabras que todo lo que queda cuando la búsqueda termina es lo que ya es; la energía de libre flujo y sin límites. El mismo Ser.

La separación es una energía. No es un pensamiento, una creencia o una idea. No se puede alcanzar la iluminación mediante el pensamiento o ideas o creencias. La separación es una energía contraída. Y la liberación es simplemente el derretimiento y retorno de esa energía en el Todo. Es la descontracción de la energía de la separación, que se expande y se funde en la Fuente.

Todo esto es simplemente la nada apareciendo como algo. Esta es una apariencia de la nada y no tiene propósito o significado alguno. 
Lo único que busca propósito y significado en esto es el "yo". El "yo" quiere propósito y significado, quiere una esperanza. Vive en sueños y esperanzas de algo que será mejor, sin darse cuenta que esto ya está completo, ya está realizado.
Toda la energía de la búsqueda, la energía del "yo", es una energía contraída. Es una energía sin límites que aparenta ser contraída. Y esta contracción puede derretirse de vuelta hacia lo ilimitado. Se expande para fundirse nuevamente con la totalidad que es.

Las personas quieren que se les enseñe o se les guíe cómo encontrar algo por sí mismo. La búsqueda espiritual es otra forma de materialismo. La búsqueda espiritual es simplemente conseguir algo para el "yo". Lo que se está sugeriendo aquí es que hay algo más allá de eso, que no se puede agarrar, que no se puede enseñar, que no se puede compartir, que ni siquiera se puede entregar. Todo lo que hay es lo que sucede, no hay alguien que puede elegir o hacer, no hay ningún hacedor, las cosas simplemente suceden.

Docenas de personas que vienen a mis charlas podrían comprender esto en dos minutos. Ellos lo comprenden, pero aún son un "yo" que ahora tiene una comprensión. 
El "yo" es una ilusión, una energía de sentirse separado, y esto no es libertad. La libertad no tiene que ver con una idea, no es sobre soltar un pensamiento o una idea o el cambio de un sistema de creencias, se trata sobre un cambio energético. O un aparente cambio energético; salir de un contraído sentido de ser separado a uno sin límites.
Cuando el sentido de separación colapsa, hay un reconocimiento de que este colapso fue el final de algo que nunca sucedió.
Se trata de la muerte, el final de esta energía del "yo separado". Y cuando el “yo separado” desaparece, muere, todo está libre, y lo que queda es lo que es, el todo, la Vida misma. No hay nada que le suceda a alguien, solo es el suceder mismo.

El “yo” tiene miedo y rechaza este mensaje, porque la única forma en que el “yo” puede seguir existiendo es sabiendo o soñando que es real. 
El "yo" vive en un sueño llamado "yo soy real" y piensa que puede encontrar la iluminación o completitud, pero nunca lo logrará. La iluminación es la ausencia del “yo”. Así que el “yo” anhela su propia ausencia, lo cual es lo que la liberación es.
El único problema aquí es que cuando la liberación ocurre, no queda nada ahí, nadie que conozca eso.

El buscador, el "yo" desea la iluminación pero no quiere morir. La iluminación es la total ausencia de "yo". Ésta es la gran paradoja. 
El “yo” no puede aniquilarse a si mismo. La muerte del “yo” es algo que simplemente sucede. 
Lo que realmente quiere el "yo" es encontrar una respuesta conceptual para así poder continuar viviendo con una "fórmula para la vida" o una manera de vivir.
Está buscando una fórmula y no hay ninguna. Todo lo que hay es la Vida misma. 

No hay nadie, solo la Vida misma manifestándose. Las emociones pueden emerger, al igual que los pensamientos. La ansiedad puede emerger, cualquier cosa puede emerger, pero no emerge para nadie. No hay un alguien que esté ansioso, solo hay energía, hay emociones, hay sonidos, y todo eso emerge o surge de la Nada y regresa a la Nada. No hay nada ahí que la separe, solo es lo que Es, y eso es libertad. 

Nota de Camino al Despertar (Lo que hace el ego es agarrar esa energía que emerge y hacerla propia, la posee. Entonces hay “yo estoy ansioso”. Esto es el apego, la atadura. Cuando la ansiedad emerge y no hay nadie, entonces nadie puede agarrar o poseer la energía de la ansiedad, así que tal como aparece, desaparece. Al no haber nadie, no hay atadura, apego, y por tanto, no hay sufrimiento ni esclavitud, sólo libertad.)

La preocupación es una idea que emerge. Si hay una historia que hubiera que resolverse, el cerebro funcionará para resolver esa historia. Pero no hay nadie ahí preocupándose, es solo el cerebro funcionando de una determinada manera para lidiar con la circunstancia.

El buscador está desesperadamente asustado de su propia ausencia. Pero, en cambio, es la única cosa que desea, así que cuando escucha esto, corre a su máxima velocidad para evitar su propia disolución. 
La mayoría de las personas vienen a estas reuniones e inmediatamente corren hacia eso que creen o sueñan que podrían hacer o saber, para seguir alimentando esa identidad.

Este mensaje es totalmente impersonal y por eso mucha gente piensa que no es muy amoroso o compasivo, pero la única compasión que existe es la compasión que arroja luz acerca de la ilusión del aprisionamiento.
La única compasión verdadera es la que libera a esta persona aparentemente aprisionada. No existe otra compasión. Toda idea de que debes ser agradable con la gente o de tratar de ayudarlos con el sufrimiento, es otro acuerdo sucediendo entre las personas, entre los “yoes”. Sigue siendo parte del sueño.
La verdadera compasión, es amor incondicional, no trata de complacer a la gente, no se trata de ayudar a la gente a sentirse mejor acerca de ellos mismos. Eso también está bien, no hay nada malo en ello, pero este mensaje está señalando algo que está más allá de todo ese drama.
Este mensaje solo está realmente disponible si hay apertura, una preparación para ir más allá de la sensación del “si mismo queriendo algo”.

Tony Parsons 

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