hermandadblanca.org
Como preámbulo, es realmente indispensable que sigas el orden en cada uno de los pasos. Demos inicio:
1. Ejercicio de Relajación
Toma una silla cómoda y siéntate con los pies apoyados en el suelo, cierra tus ojos. Inhala y exhala de manera profunda por tres ocasiones. Concéntrate y ve soltando todo tipo de tensión que sientas. Sigue respirando normal.
Imagina que de las plantas de tus pies hacía abajo, empiezan a crecerte raíces, observa cómo éstas raíces están atravesando toda la corteza terrestre hasta llegar al centro del planeta. Siente que se están desarrollando, creciendo y multiplicando, y que, al hacerlo, tú te estás conectando con la energía y la solidez de la tierra.
Percibe cómo la energía de la tierra está subiendo por todas tus raíces, llega a tus pies y te llena de paz, serenidad y de una luz blanca inagotable. En este punto, sentirás que la energía fluye en todo tu cuerpo, con cada respiración tu cuerpo se llena de más y más luz.
2. Ver el Aura
Ubícate frente a una pared lisa de color claro, puede ser sentado. Por favor, no te sientes debajo de la luz del sol o de una luz artificial.
Luego, extiende tu brazo derecho, situando el dorso de tu mano hacía ti. Te invito para que eches una mirada al espacio existente entre tus dedos extendidos y la pared, sin mirarlos directamente. Relaja tus ojos lo más que puedas.
Lograrás ver un perfil borroso, blanco o gris, alrededor de tus dedos. Continúa observando el espacio entre tus dedos y la pared. Fíjate como el perfil blanco o gris de tus dedos, empezó a cambiar de color, el cual se torna, de acuerdo a tu energía. Si lo lograste, ¡Ya has visto tu Aura!
Si has podido contemplar tu Aura alrededor de tus dedos, te invito para que puedas observar el de tu cabeza. Colócate en frente de un espejo, así mismo, con una pared lisa y pálida detrás de ti. Evita toda distracción, relájate y disfruta ese momento.
Luego, deja que tus ojos se relajen, y observa el espacio por encima de tu cabeza. En breve, empezarás a ver un perfil borroso, igualmente de color blanco o gris, alrededor de tu cabeza, que, si continúas concentrado, se transformará en una pasmosa sombra de color. ¡Has visto tu cuerpo etérico!
¿No la pudiste ver la primera vez? ¡No te preocupes y te desanimes! Si tu práctica se incrementa, podrás observar tu Aura, y la de los demás, como se dice en América del Sur, “la práctica, hace al maestro”.
Existen varios métodos y técnicas para lograr ver el Aura, y con la práctica, la de los demás. Te invito para que hagas lectura del Artículo “Sobre el Aura, sus colores y consejos para comenzar a sentir y ver nuestras Auras”, es supremamente enriquecedor, además de ser escrito por una autoridad en el tema, te brindará otras opciones de intervención para lograr ver tu Aura y la de otros.
Finalmente, destierra de tu vida toda acción y pensamiento negativo, atrae hacía a ti lo bueno, lo puro y lo grato. Recuerda que lo que exteriorices por fuera con tus acciones, es lo que vives interiormente y entregas a las demás personas. ¡Eres único y nadie podrá duplicarte!
Quiero que antes de efectuar desarrollo de los ejercicios que voy a mencionarte, asumas en tu mente que no se trata de un proceso mágico que te permitirá lograr lo que querías de manera inmediata, este proceso es paulatino, y mucho más difícil si no cuentas con el don.
Como preámbulo, es realmente indispensable que sigas el orden en cada uno de los pasos. Demos inicio:
1. Ejercicio de Relajación
Toma una silla cómoda y siéntate con los pies apoyados en el suelo, cierra tus ojos. Inhala y exhala de manera profunda por tres ocasiones. Concéntrate y ve soltando todo tipo de tensión que sientas. Sigue respirando normal.
Imagina que de las plantas de tus pies hacía abajo, empiezan a crecerte raíces, observa cómo éstas raíces están atravesando toda la corteza terrestre hasta llegar al centro del planeta. Siente que se están desarrollando, creciendo y multiplicando, y que, al hacerlo, tú te estás conectando con la energía y la solidez de la tierra.
Percibe cómo la energía de la tierra está subiendo por todas tus raíces, llega a tus pies y te llena de paz, serenidad y de una luz blanca inagotable. En este punto, sentirás que la energía fluye en todo tu cuerpo, con cada respiración tu cuerpo se llena de más y más luz.
2. Ver el Aura
Ubícate frente a una pared lisa de color claro, puede ser sentado. Por favor, no te sientes debajo de la luz del sol o de una luz artificial.
Luego, extiende tu brazo derecho, situando el dorso de tu mano hacía ti. Te invito para que eches una mirada al espacio existente entre tus dedos extendidos y la pared, sin mirarlos directamente. Relaja tus ojos lo más que puedas.
Lograrás ver un perfil borroso, blanco o gris, alrededor de tus dedos. Continúa observando el espacio entre tus dedos y la pared. Fíjate como el perfil blanco o gris de tus dedos, empezó a cambiar de color, el cual se torna, de acuerdo a tu energía. Si lo lograste, ¡Ya has visto tu Aura!
Si has podido contemplar tu Aura alrededor de tus dedos, te invito para que puedas observar el de tu cabeza. Colócate en frente de un espejo, así mismo, con una pared lisa y pálida detrás de ti. Evita toda distracción, relájate y disfruta ese momento.
Luego, deja que tus ojos se relajen, y observa el espacio por encima de tu cabeza. En breve, empezarás a ver un perfil borroso, igualmente de color blanco o gris, alrededor de tu cabeza, que, si continúas concentrado, se transformará en una pasmosa sombra de color. ¡Has visto tu cuerpo etérico!
¿No la pudiste ver la primera vez? ¡No te preocupes y te desanimes! Si tu práctica se incrementa, podrás observar tu Aura, y la de los demás, como se dice en América del Sur, “la práctica, hace al maestro”.
Existen varios métodos y técnicas para lograr ver el Aura, y con la práctica, la de los demás. Te invito para que hagas lectura del Artículo “Sobre el Aura, sus colores y consejos para comenzar a sentir y ver nuestras Auras”, es supremamente enriquecedor, además de ser escrito por una autoridad en el tema, te brindará otras opciones de intervención para lograr ver tu Aura y la de otros.
Finalmente, destierra de tu vida toda acción y pensamiento negativo, atrae hacía a ti lo bueno, lo puro y lo grato. Recuerda que lo que exteriorices por fuera con tus acciones, es lo que vives interiormente y entregas a las demás personas. ¡Eres único y nadie podrá duplicarte!
Autor: William Hernán Estrada Pérez, Redactor en la Gran Familia de hermandadblanca.org