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No es nada nuevo escuchar que nuestros pensamientos crean nuestra vida, ellos son el reflejo de lo que nuestra mente alberga y en donde ellos estén concentrados hacia allá irá nuestra energía.
Muchas veces nuestros pensamientos atentan en nuestra contra, llevándonos a materializar cosas que no queremos vivir o bien, impidiéndonos hacer lo que realmente deseamos.
La mente siempre trata de protegernos y muchas veces adopta hábitos de pensamientos que garantizan que nos mantendremos en una zona segura, donde no asumiremos riesgos, donde los miedos y las limitaciones infundadas sean las cercas de nuestra área de acción.
Los pensamientos son el resultado de nuestras creencias, las cuales se adquieren por diversas vías a través de la vida, a través de nuestra crianza, de las experiencias, de nuestras creencias, de la confianza en nosotros mismos, de las referencias… en fin… ellas están allí para hacernos actuar de una determinada manera, buscando una alineación con lo que tenemos registrado.
Los pensamientos limitantes se caracterizan por paralizarnos, por no permitirnos actuar, por buscar excusas que no nos permitan accionar en pro de algo que es conveniente para nosotros o sencillamente deseamos. Podemos hacer una lista con algunos ejemplos de este tipo de pensamientos:
Y así podemos continuar con un interminable listado, con muestras de la predisposición para la vida. Y no me pregunten cómo, llámenlo fuerza de atracción, llámenlo poder mental, llámenlo o como quieran, el universo siempre termina dándonos la razón.
Eso lo podemos hacer partiendo de estos pasos:
¿Es esto cierto? No, de hecho la mayoría de las personas que han conseguido impulsarse de manera exponencial, lo han hecho justamente en momentos de crisis. Aquí estamos desmontando el pensamiento, sin ahondar siquiera en la creencia que lo sustenta.
Ése pensamiento podría ser sustituido por:
“qué puedo hacer para aprovechar esta oportunidad”
“en este momento no tengo una idea clara, pero estoy seguro de que se me ocurrirá algo que pueda hacer durante este período de tiempo”
“soy capaz de sobrepasar esta crisis y salir fortalecido”
Y muchos etcéteras que de seguro te cruzan por la mente.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet
Muchas veces nuestros pensamientos atentan en nuestra contra, llevándonos a materializar cosas que no queremos vivir o bien, impidiéndonos hacer lo que realmente deseamos.
La mente siempre trata de protegernos y muchas veces adopta hábitos de pensamientos que garantizan que nos mantendremos en una zona segura, donde no asumiremos riesgos, donde los miedos y las limitaciones infundadas sean las cercas de nuestra área de acción.
Los pensamientos son el resultado de nuestras creencias, las cuales se adquieren por diversas vías a través de la vida, a través de nuestra crianza, de las experiencias, de nuestras creencias, de la confianza en nosotros mismos, de las referencias… en fin… ellas están allí para hacernos actuar de una determinada manera, buscando una alineación con lo que tenemos registrado.
Los pensamientos limitantes se caracterizan por paralizarnos, por no permitirnos actuar, por buscar excusas que no nos permitan accionar en pro de algo que es conveniente para nosotros o sencillamente deseamos. Podemos hacer una lista con algunos ejemplos de este tipo de pensamientos:
- No puedo
- No sé
- No tengo tiempo
- No nací para eso
- No tengo suerte
- A mí nada me sale bien
- Nadie me comprende
- Nadie me apoya
- Mi físico no me ayuda a conquistar a la persona que quiero
- Sin ayuda, no podré salir de esto
- Hay quienes nacen con estrellas y otros estrellados
- Nací en la época equivocada
- Este país no sirve
- Cuando quiero vender gorras, nacen niños sin cabeza
Y así podemos continuar con un interminable listado, con muestras de la predisposición para la vida. Y no me pregunten cómo, llámenlo fuerza de atracción, llámenlo poder mental, llámenlo o como quieran, el universo siempre termina dándonos la razón.
“Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto. Henry Ford”Luego, si esto es cierto, ¿por qué no nos damos la tarea de eliminar esos pensamientos, de sustituirlos, de renovarlos?
Eso lo podemos hacer partiendo de estos pasos:
- Identifica las creencias negativas. Cada vez que un pensamiento negativo pase por tu mente, atrápalo, escríbelo y trata de responderte: ¿cuál es la raíz de ese pensamiento? ¿tiene validez? ¿lo podemos sustituir con algún otro productivo?
¿Es esto cierto? No, de hecho la mayoría de las personas que han conseguido impulsarse de manera exponencial, lo han hecho justamente en momentos de crisis. Aquí estamos desmontando el pensamiento, sin ahondar siquiera en la creencia que lo sustenta.
Ése pensamiento podría ser sustituido por:
“qué puedo hacer para aprovechar esta oportunidad”
“en este momento no tengo una idea clara, pero estoy seguro de que se me ocurrirá algo que pueda hacer durante este período de tiempo”
“soy capaz de sobrepasar esta crisis y salir fortalecido”
Y muchos etcéteras que de seguro te cruzan por la mente.
- Identifica el miedo y actúa a pesar de él. Detrás de un pensamiento limitante hay un temor oculto, identifícalo y hazle frente.
- Haz afirmaciones conscientes de lo que quieres. Escríbelas y léelas a diario, las veces que quieras. Cada vez que te cruce un pensamiento limitante o preocupante, toma tu lista y repite hasta que ese pensamiento se haya ido y te sientas mejor.
- Rodéate de personas positivas. Cuando los pensamientos limitantes predominan en nuestra vida y decisiones, lo peor que podemos hacer es rodearnos de personas que los refuercen, por el contrario debemos rodearnos de luz, de optimismo, de personas que nos contagien con ese clásico: “¡Sí se puede!”.
- Cualquier espacio que le des de descanso a tu mente, es ganancia, mientras más puedas silenciar sus pensamientos, más oportunidades tendremos de que nuestro verdadero ser nos oriente.
- Confía en el proceso de la vida. La vida es maravillosa, el universo quiere dártelo todo de manera próspera, sin limitaciones, sin escasez, solo tienes que saber pedirlo y alinearte con esa energía de abundancia, donde te sabes capaz, donde sabes que no tienes límites más que en tu mente, donde eres tú quien marca las pautas y puedes hacerlo de la mejor manera.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet