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En el curso de tu vida sigues el camino del buscador, haciendo preguntas cuyas respuestas esperas que te den la paz, el confort y el consuelo que recuerdas de tu hogar espiritual. Pero puede ser que sientas tu vida como una búsqueda sin fin, haciendo preguntas que no son contestadas, porque debes aprender que tienes la respuesta a cualquier pregunta que puedas hacer. La respuesta ya está ahí, esperando a que formules la pregunta. Esto representa tu búsqueda de empoderamiento e iluminación. Cuando haces una pregunta porque deseas saber lo que se te responderá, estás temeroso, buscando conexión y confirmación. La respuesta a cada pregunta está dentro de ti y puede ser respondida, dependiendo de por qué estás haciendo la pregunta. Todas las respuestas están dentro de ti, no importa lo que preguntes.
Si preguntas si hay amor en el mundo no te será respondido dándote amor, porque el mundo está buscando que tú le des a él el regalo del amor. Cada vez que busques alegría, frecuentemente te decepcionarás, porque la alegría está esperando que la crees, la alegría no se encuentra como respuesta a tu pregunta, es la respuesta que creas cuando permites a la alegría ser una energía dentro tuyo que expandes en la Tierra El camino del buscador termina cuando el buscador se da cuenta de una importante verdad, que el que hace la pregunta es también el que tiene la respuesta a la pregunta.
Las preguntas que haces, surgen a veces del temor a que no haya una Fuente, ninguna guía que te asista en tu camino. No deseas respuestas, deseas reconexión, gracia divina, confirmación, y la verdad más allá de tu duda. Estas preguntas reflejan tu des-empoderamiento, tu falta de fe y tu falta de creencia en que eres la respuesta a todas tus preguntas. Como chispa de luz divina, no puedes estar ”no sabiendo”, porque siempre sabes y, sin embargo, buscas confirmación, porque ves un mundo en desorden y deseas confirmar que alguien tiene las respuestas. Puedes traer Orden Divino al caos sabiendo que, en quien es consciente del caos, está la respuesta y es quien tiene la solución.
¿Por qué preguntas al Universo en busca de respuestas cuando eres la respuesta que estás buscando? Lo que demandas de cada experiencia, las lecciones que tienes que aprender, la sanación que está disponible para tí, y la paz y la comprensión que tu alma busca, está ya dentro de cada experiencia.
Puedes ir de una lección a otra en busca de respuestas, pero cada lección tiene la respuesta, y sólo se requiere una. Cada lección es una experiencia completa cuando te detienes el tiempo suficiente como para permitirte oír la respuesta antes de hacer la pregunta. Y la respuesta está siempre dentro de ti.
Al camino del buscador, lo eliges desde tu creencia de que eres incapaz de experimentar humanamente la plenitud de tu conexión con la Fuente. El ego percibe la vida como buscador y no puede imaginar la vida cuando todas las preguntas son respondidas y no hay ninguna más que formular. Pero este es tu camino de ascensión y en vibraciones más altas no hay preguntas, a medida que la vida se convierte en un camino de creación expandida, en el que ya no eres un buscador y te mueves de un punto de la creación a otro, siendo la respuesta a todas las preguntas a través de tu reconexión. Como co-creador con el Universo creas las respuestas a cada pregunta y ya no tienes más que preguntar ya que puedes simplemente recibir desde tu intención inspirada, no desde una necesidad insatisfecha, sino desde el siguiente punto del merecimiento.
Por Jennifer Hoffman.
Fuente: Hay de un paraíso para el Alma
Si preguntas si hay amor en el mundo no te será respondido dándote amor, porque el mundo está buscando que tú le des a él el regalo del amor. Cada vez que busques alegría, frecuentemente te decepcionarás, porque la alegría está esperando que la crees, la alegría no se encuentra como respuesta a tu pregunta, es la respuesta que creas cuando permites a la alegría ser una energía dentro tuyo que expandes en la Tierra El camino del buscador termina cuando el buscador se da cuenta de una importante verdad, que el que hace la pregunta es también el que tiene la respuesta a la pregunta.
Las preguntas que haces, surgen a veces del temor a que no haya una Fuente, ninguna guía que te asista en tu camino. No deseas respuestas, deseas reconexión, gracia divina, confirmación, y la verdad más allá de tu duda. Estas preguntas reflejan tu des-empoderamiento, tu falta de fe y tu falta de creencia en que eres la respuesta a todas tus preguntas. Como chispa de luz divina, no puedes estar ”no sabiendo”, porque siempre sabes y, sin embargo, buscas confirmación, porque ves un mundo en desorden y deseas confirmar que alguien tiene las respuestas. Puedes traer Orden Divino al caos sabiendo que, en quien es consciente del caos, está la respuesta y es quien tiene la solución.
¿Por qué preguntas al Universo en busca de respuestas cuando eres la respuesta que estás buscando? Lo que demandas de cada experiencia, las lecciones que tienes que aprender, la sanación que está disponible para tí, y la paz y la comprensión que tu alma busca, está ya dentro de cada experiencia.
Puedes ir de una lección a otra en busca de respuestas, pero cada lección tiene la respuesta, y sólo se requiere una. Cada lección es una experiencia completa cuando te detienes el tiempo suficiente como para permitirte oír la respuesta antes de hacer la pregunta. Y la respuesta está siempre dentro de ti.
Al camino del buscador, lo eliges desde tu creencia de que eres incapaz de experimentar humanamente la plenitud de tu conexión con la Fuente. El ego percibe la vida como buscador y no puede imaginar la vida cuando todas las preguntas son respondidas y no hay ninguna más que formular. Pero este es tu camino de ascensión y en vibraciones más altas no hay preguntas, a medida que la vida se convierte en un camino de creación expandida, en el que ya no eres un buscador y te mueves de un punto de la creación a otro, siendo la respuesta a todas las preguntas a través de tu reconexión. Como co-creador con el Universo creas las respuestas a cada pregunta y ya no tienes más que preguntar ya que puedes simplemente recibir desde tu intención inspirada, no desde una necesidad insatisfecha, sino desde el siguiente punto del merecimiento.
Por Jennifer Hoffman.
Fuente: Hay de un paraíso para el Alma