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Los opuestos como “bueno” y “malo” de alguna manera pertenecen uno al otro, como las dos fases de una moneda. Una vez usted la ve de un lado, y después del otro; y nunca logra ver los dos lados al mismo tiempo. Ver los dos opuestos y conectarlos espiritualmente es algo que solamente una persona plenamente consciente puede hacer – un individuo quién ha experimentado los dos opuestos, los conoció y aprendió a amarlos, o más claramente: los aceptó sin lamentar. Nosotros aprendemos que algo es bueno solamente cuando se le compara con su opuesto malo. Sin el contraste, nada podría existir. Al final, como usted sabería lo que es bello si no supiese lo que es feo? Como usted percibiría lo que es felicidad si no supiese como es la sensación de estar infeliz? Pero cuando usted pare de juzgar las cosas en su alrededor evaluando si a usted les gustan o no, su visión subjetiva cambia para un mirar más objetivo y usted logra verlas como son. Entonces usted realmente comprenderá la vida y podrá vivirla completamente.
Lo que es bueno para uno puede ser malo para otro. Usted puede dividir el pan con un cuchillo, pero usted también puede matar con un cuchillo. La “división del pan” de una familia pobre (tirarle el poco que tienen), de cualquier manera, no es bueno; matar, por ejemplo, un cerdo puede ser bueno para su dueño pero sería malo si el cerdo tuviese alguna enfermedad. El bueno puede transformarse fácilmente en malo y el malo en bueno, y aquello que anteriormente era conveniente en el momento siguiente puede convertirse en un fardo.
La mayoría de las cosas, tras de las cuales las personas orientan su vida, cambia solamente su situación en el sentido horizontal y son irrelevantes para la calidad de vida – como una determinada marca (de auto, cerveza, ropas), dónde ir a las compras… En contraste con esto, hay los opuestos que se encontran en la línea vertical y, eligiendo entre ellos, realmente cambiamos nuestras vidas. Por ejemplo: orgullo – humildad; ganancia – generosidad; lujuria – castidad; envidia – desapego; gula – moderación; rabia – tolerancia; pereza – vigor.
Basado en nuestras opciones, nos inclinamos hacia la dirección del bueno o del malo. En el camino del bueno, las cosas buenas nos pueden ayudar, así como las malas. Cuando, por ejemplo, alguien en la casa nos despierta por la mañana y levantamos de la cama, lo vemos como malo si no hemos dormido lo suficiente. Sin embargo, cuando aprendemos a no estar enojados con esto (lo que no es fácil si es una situación repetitiva), somos tolerantes. Si aprendemos a despertar por la mañana, y no en la hora del almuerzo (algo que percibiremos inicialmente como mala y desagradable), superaremos nuestra propia flojera y ganaremos tiempo que anteriormente perdíamos durmiendo. Cada paso en la línea vertical nos cambia y luego nuestras vidas serán distintas. Por ejemplo, gracias al hecho de levantar más temprano de la cama, podremos tener muchas experiencias durante el día y después, en la noche, no necesitaremos ir para algún bar para “charlar”. Pájaros cantan graciosamente por la mañana y el clima es normalmente más agradable antes del medio-día; al contrario, alcohol y cigarrillos “satisfacen” más en la noche que durante el día. Nosotros apenas tenemos que caminar hacia arriba en la vertical y el camino es cada vez más fácil; porque cuando vamos a su largo, también cambiamos nuestra vida completamente. A final, es un reflejo de nuestro estado interior. Cuando somos tolerantes, otras personas son tolerantes con nosotros. Cuando no somos flojos para hacer algo para los demás, otros también vienen y nos ayudan, si precisamos. Si somos generosos, otros nos darán lo que precisamos, y en este momento seremos muy agradecidos. Por lo tanto, les deseamos mucha fuerza y paciencia en el camino por la línea vertical de su cruz personal.
Fuente: http://www.conocimiento-espiritual.es
Bueno y malo son términos relacionados a lo que nombramos como el “nivel horizontal” de la vida, es decir, la consecuencia de nuestra situación de vida. El individuo evalúa todo subjetivamente como bueno o malo. En contrapartida, hay la necesidad de distinguir las palabras “bondad” y “maldad”. Estas sirven para describir la dirección espiritual del hombre – “el nivel vertical” de su vida. Si usted imaginar el hombre como un punto a través de lo cual el horizontal expresa la vida terrena y el vertical la vida espiritual, usted formará una cruz. La cruz es el símbolo de la Verdad; el nivel de su vida (horizontal) será proporcional a su calidad espiritual (vertical). Luego, si usted de hecho quiere cambiar su vida y sus circunstancias exteriores, cambia a usted mismo.
Las personas observan el mundo a su alrededor principalmente de una forma subjetiva, porque normalmente apenas suelen ver las cosas bajo su propia perspectiva. “Eso es lo que yo quiero, pero no que eso sea bueno o malo…”- conforme a ellas les convenga o no. De hecho, las cosas no son buenas o malas. Nosotros solamente las hacemos parecer de esta manera. Definimos la lluvia como buena cuando riega nuestro jardín y como mala cuando queremos disfrutar al aire libre; un fuego en la chimenea es considerado bueno en una noche fría, pero el calor del verano es malo.Los opuestos como “bueno” y “malo” de alguna manera pertenecen uno al otro, como las dos fases de una moneda. Una vez usted la ve de un lado, y después del otro; y nunca logra ver los dos lados al mismo tiempo. Ver los dos opuestos y conectarlos espiritualmente es algo que solamente una persona plenamente consciente puede hacer – un individuo quién ha experimentado los dos opuestos, los conoció y aprendió a amarlos, o más claramente: los aceptó sin lamentar. Nosotros aprendemos que algo es bueno solamente cuando se le compara con su opuesto malo. Sin el contraste, nada podría existir. Al final, como usted sabería lo que es bello si no supiese lo que es feo? Como usted percibiría lo que es felicidad si no supiese como es la sensación de estar infeliz? Pero cuando usted pare de juzgar las cosas en su alrededor evaluando si a usted les gustan o no, su visión subjetiva cambia para un mirar más objetivo y usted logra verlas como son. Entonces usted realmente comprenderá la vida y podrá vivirla completamente.
Lo que es bueno para uno puede ser malo para otro. Usted puede dividir el pan con un cuchillo, pero usted también puede matar con un cuchillo. La “división del pan” de una familia pobre (tirarle el poco que tienen), de cualquier manera, no es bueno; matar, por ejemplo, un cerdo puede ser bueno para su dueño pero sería malo si el cerdo tuviese alguna enfermedad. El bueno puede transformarse fácilmente en malo y el malo en bueno, y aquello que anteriormente era conveniente en el momento siguiente puede convertirse en un fardo.
La mayoría de las cosas, tras de las cuales las personas orientan su vida, cambia solamente su situación en el sentido horizontal y son irrelevantes para la calidad de vida – como una determinada marca (de auto, cerveza, ropas), dónde ir a las compras… En contraste con esto, hay los opuestos que se encontran en la línea vertical y, eligiendo entre ellos, realmente cambiamos nuestras vidas. Por ejemplo: orgullo – humildad; ganancia – generosidad; lujuria – castidad; envidia – desapego; gula – moderación; rabia – tolerancia; pereza – vigor.
Basado en nuestras opciones, nos inclinamos hacia la dirección del bueno o del malo. En el camino del bueno, las cosas buenas nos pueden ayudar, así como las malas. Cuando, por ejemplo, alguien en la casa nos despierta por la mañana y levantamos de la cama, lo vemos como malo si no hemos dormido lo suficiente. Sin embargo, cuando aprendemos a no estar enojados con esto (lo que no es fácil si es una situación repetitiva), somos tolerantes. Si aprendemos a despertar por la mañana, y no en la hora del almuerzo (algo que percibiremos inicialmente como mala y desagradable), superaremos nuestra propia flojera y ganaremos tiempo que anteriormente perdíamos durmiendo. Cada paso en la línea vertical nos cambia y luego nuestras vidas serán distintas. Por ejemplo, gracias al hecho de levantar más temprano de la cama, podremos tener muchas experiencias durante el día y después, en la noche, no necesitaremos ir para algún bar para “charlar”. Pájaros cantan graciosamente por la mañana y el clima es normalmente más agradable antes del medio-día; al contrario, alcohol y cigarrillos “satisfacen” más en la noche que durante el día. Nosotros apenas tenemos que caminar hacia arriba en la vertical y el camino es cada vez más fácil; porque cuando vamos a su largo, también cambiamos nuestra vida completamente. A final, es un reflejo de nuestro estado interior. Cuando somos tolerantes, otras personas son tolerantes con nosotros. Cuando no somos flojos para hacer algo para los demás, otros también vienen y nos ayudan, si precisamos. Si somos generosos, otros nos darán lo que precisamos, y en este momento seremos muy agradecidos. Por lo tanto, les deseamos mucha fuerza y paciencia en el camino por la línea vertical de su cruz personal.
Fuente: http://www.conocimiento-espiritual.es