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LAS CLAVES DEL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA

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La clave es estar en un estado de conexión permanente con su cuerpo interior, sentirlo en todo momento. Esto dará rápidamente profundidad a su vida y la transformará.
Cuanta más conciencia dirija hacia el cuerpo interior, más alta se vuelve la frecuencia de vibraciones, muy similar a una luz que se vuelve más brillante según usted suba el botón regulador y aumente así el flujo de electricidad.
A este nivel de energía más alto, la negatividad no puede afectarlo ya y usted tiende a atraer nuevas circunstancias que reflejan esa frecuencia más alta.

Si usted mantiene su atención en el cuerpo lo más posible, estará anclado en el Ahora.
No se perderá en el mundo externo ni en su mente. Los pensamientos y las emociones, los miedos y los deseos, pueden estar aún ahí en cierta medida, pero no lo dominarán.
Examine dónde está su atención en este momento. Usted me está escuchando o está leyendo estas palabras en un libro. Ese es el punto de su atención.
También es consciente periféricamente de lo que le rodea, de las demás personas, etc. Además puede haber cierta actividad de la mente sobre lo que usted está oyendo o leyendo, algún comentario mental. Sin embargo no hay necesidad de que nada de esto absorba toda su atención.

Observe si puede estar en contacto con su cuerpo interior al mismo tiempo. Conserve parte de su atención dentro. No la deje fluir afuera. Sienta la totalidad de su cuerpo desde dentro, como un único campo de energía. Es casi como si estuviera escuchando o leyendo con todo su cuerpo. 

No conceda toda su atención a la mente y al mundo exterior. Concéntrese por todos los medios en lo que está haciendo, pero sienta el cuerpo interior al mismo tiempo siempre que sea posible.
Permanezca arraigado en su interior. Entonces observe cómo cambia su estado de conciencia y la calidad de lo que está haciendo.
Practique esto en los próximos días o semanas.
Siempre que esté esperando, dondequiera que sea, emplee ese tiempo en sentir el cuerpo interior. De esta forma los embotellamientos de tráfico y las colas se vuelven muy agradables.
En lugar de proyectarse fuera del Ahora, entre más profundamente en él al profundizar más en el cuerpo.

El arte de la conciencia del cuerpo interior se desarrollará en un modo de vivir completamente nuevo, un estado de unión permanente con el Ser y añadirá una profundidad a su vida que no ha conocido antes.

Es fácil permanecer presente como el observador de su mente cuando está profundamente arraigado en su cuerpo. No importa lo que ocurra en el exterior, nada puede hacerlo temblar ya.

A menos que usted esté presente -y habitar su cuerpo es siempre un aspecto esencial en ello- continuará siendo dominado por su mente. El guión que hay en su cabeza y que aprendió hace mucho tiempo, el condicionamiento de su mente, decidirá su pensamiento y su conducta. Puede que usted se libre de él por breves intervalos, pero rara vez por mucho tiempo. Esto es especialmente cierto cuando algo "anda mal" o hay alguna pérdida o un trastorno. Su reacción condicionada será entonces involuntaria, automática y predecible, alimentada por la única emoción básica que subyace en el estado de conciencia de identificación con la mente: el miedo.


Así que cuando lleguen esos retos, como siempre llegan, convierta en un hábito entrar dentro de usted de inmediato y concentrarse lo más que pueda en el campo de energía interior de su cuerpo.
Esto no tiene que tomar mucho tiempo, sólo unos segundos. Pero necesita hacerlo en el momento en que se presenta el reto. Cualquier demora permitirá que surja una reacción mental-emocional condicionada y se apodere de usted.

Cuando usted se concentra en su interior y siente el cuerpo interior, inmediatamente se vuelve tranquilo y presente pues está retirando la conciencia de la mente.
Si se requiere una respuesta en esa situación, vendrá de este nivel más profundo. Hay infinitamente más inteligencia en el Ser que en su mente.
Mientras esté en contacto consciente con su cuerpo interior, usted es como un árbol que está profundamente arraigado en la tierra.

"Me sentí muy incómodo cuando traté de poner mi atención en el cuerpo interior. Había una sensación de agitación o náusea. Por ello no he podido experimentar eso de lo que habla."

Lo que usted sintió fue una emoción que estaba ahí, de la que probablemente no era consciente, hasta que empezó a prestar atención al cuerpo.
A menos que le preste atención antes, la emoción le impedirá tener acceso al cuerpo interior, que está a un nivel más profundo bajo ella.
Atención no significa que empiece a pensar en ella. Significa solamente observar la emoción, sentirla plenamente y así reconocerla y aceptarla como es.
Algunas emociones se identifican fácilmente: ira, temor, tristeza, etc. Otras pueden ser mucho más difíciles de clasificar.
En cualquier caso, lo que importa no es si usted puede ponerles una etiqueta mental, sino si puede traer la sensación de la misma a la conciencia lo más posible.

La atención es la clave de la transformación y una atención plena también implica aceptación.
La atención es como un haz de luz, el poder concentrado de su conciencia que lo transmuta todo en sí misma.
En un organismo completamente funcional, una emoción tiene un lapso de vida muy corto. Es como una pequeña arruga u ola en la superficie del Ser. Cuando usted no está en su cuerpo, sin embargo, una emoción puede sobrevivir en usted durante días o semanas o unirse con otras emociones de frecuencia similar que se han fundido y se convierten en el cuerpo del dolor, un parásito que puede vivir dentro de usted durante años, alimentarse de su energía, llevar a la enfermedad física y hacer su vida desdichada.

Así pues, ponga su atención en sentir la emoción y compruebe si su mente se está aferrando a un patrón de queja como la censura, la autocompasión o el resentimiento, que alimentan la emoción.
Si ese es el caso, significa que usted no ha perdonado.
La falta de perdón es a menudo hacia otra persona o hacia usted, pero puede ser hacia cualquier situación o condición -pasada, presente o futura- que su mente rehúsa aceptar.
El perdón es abandonar la queja y dejar ir la tristeza.
Ocurre naturalmente una vez usted se da cuenta de que su queja no tiene ningún propósito excepto fortalecer un falso sentido de uno mismo.

En el momento en que usted de verdad perdona, ha recuperado el poder que estaba en su mente.
La falta de perdón es la misma naturaleza de la mente, igual que el falso ser hecho por la mente, el ego, no puede sobrevivir sin lucha y conflicto. La mente no puede perdonar. Sólo usted puede.
Usted se hace presente, entra en su cuerpo, siente la paz y quietud vibrantes que emanan del Ser.

Eckhart Tolle

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