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Sara Tibet
La mayoría de nosotros no sabe a ciencia cierta estar presente, estamos acá pero nuestra mente por lo general se encuentra en cualquier otro sitio, en cualquier otro tiempo, por lo que nos perdemos de disfrutar lo que vivimos, pensando en cosas que no están a nuestro alcance real.
Todo es cuestión de hábito, hasta el vivir en consciencia. Si acostumbramos a nuestra mente a calmarse y a darnos espacio, más pronto que tarde, estaremos disfrutando más del ahora y dejando menos espacio para viajes espaciales o temporales. Algunas cosas que podemos recomendar para crear el hábito de estar presentes.
No le des cabida a otros pensamientos que no estén asociados a la actividad que haces, si estás comiendo, dedícate a eso, a saborear, a sentir olores, texturas, a sentir las diferentes temperaturas de lo que estás comiendo. Si estás haciendo ejercicio, siente tu musculatura, el latir de corazón, tu sudoración. Aprende a dedicarte en 100% a lo que estés haciendo.
Nuestra respiración es un proceso automático, pero si nos hacemos consciente de ella, podemos fácil y rápidamente traernos al momento presente, solo basta con prestarle atención a cómo entra y sale el aire de nuestro cuerpo, percibir las sensaciones, la temperatura, el movimiento de nuestro cuerpo. Además esto lo puedes hacer todas las veces que quieras al día durante el tiempo que quieras.
La meditación adiestra la mente, hay muchas técnicas de meditación que podemos emplear, con o sin música, con o sin mantras, estáticos o en movimiento, a través de un baile, en fin, de mil maneras podemos meditar. La clásica: Nos sentamos en un lugar cómodo, donde no vayamos a ser interrumpidos, cerramos nuestros ojos y fijamos la atención en nuestra respiración. Cualquier pensamiento que venga, lo dejamos pasar sin juzgarlo, solo lo dejamos pasar como nubes que vemos cómo se las lleva el viento.
Esto nos recarga de energía y nos permite distraer a nuestro niño interior, que muchas veces descuidamos, aprendemos de los más pequeños y entramos nuevamente en contacto con esa fuente creadora que nos contiene, nos nutrimos de inocencia, de creatividad.
La naturaleza en cualquiera de sus presentaciones nos nutre de sabiduría, desde ver un amanecer, hasta sumergirse en el mar, resulta un mecanismo efectivo para traernos al presente y desconectar de cualquier otra cosa que no sea lo que presenciamos o sentimos en ese mismo instante.
Vivir el presente es la mejor manera de disfrutar la vida, sin nostalgias, sin culpas, sin rencores, sin ansiedades o miedos, aprende a utilizar tus recursos y dale paz y felicidad a tu vida.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet
Todo es cuestión de hábito, hasta el vivir en consciencia. Si acostumbramos a nuestra mente a calmarse y a darnos espacio, más pronto que tarde, estaremos disfrutando más del ahora y dejando menos espacio para viajes espaciales o temporales. Algunas cosas que podemos recomendar para crear el hábito de estar presentes.
Enfócate en lo que estás haciendo:
No le des cabida a otros pensamientos que no estén asociados a la actividad que haces, si estás comiendo, dedícate a eso, a saborear, a sentir olores, texturas, a sentir las diferentes temperaturas de lo que estás comiendo. Si estás haciendo ejercicio, siente tu musculatura, el latir de corazón, tu sudoración. Aprende a dedicarte en 100% a lo que estés haciendo.
Respira de manera consciente:
Nuestra respiración es un proceso automático, pero si nos hacemos consciente de ella, podemos fácil y rápidamente traernos al momento presente, solo basta con prestarle atención a cómo entra y sale el aire de nuestro cuerpo, percibir las sensaciones, la temperatura, el movimiento de nuestro cuerpo. Además esto lo puedes hacer todas las veces que quieras al día durante el tiempo que quieras.
Medita:
La meditación adiestra la mente, hay muchas técnicas de meditación que podemos emplear, con o sin música, con o sin mantras, estáticos o en movimiento, a través de un baile, en fin, de mil maneras podemos meditar. La clásica: Nos sentamos en un lugar cómodo, donde no vayamos a ser interrumpidos, cerramos nuestros ojos y fijamos la atención en nuestra respiración. Cualquier pensamiento que venga, lo dejamos pasar sin juzgarlo, solo lo dejamos pasar como nubes que vemos cómo se las lleva el viento.
Interactúa con niños:
Esto nos recarga de energía y nos permite distraer a nuestro niño interior, que muchas veces descuidamos, aprendemos de los más pequeños y entramos nuevamente en contacto con esa fuente creadora que nos contiene, nos nutrimos de inocencia, de creatividad.
Contacta con la naturaleza:
La naturaleza en cualquiera de sus presentaciones nos nutre de sabiduría, desde ver un amanecer, hasta sumergirse en el mar, resulta un mecanismo efectivo para traernos al presente y desconectar de cualquier otra cosa que no sea lo que presenciamos o sentimos en ese mismo instante.
Vivir el presente es la mejor manera de disfrutar la vida, sin nostalgias, sin culpas, sin rencores, sin ansiedades o miedos, aprende a utilizar tus recursos y dale paz y felicidad a tu vida.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet