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Muchas veces vamos a lugares que consideramos santos o sagrados. Y de lo que yo quiero hablar es del lugar más sagrado que se encuentra en el interior de cada persona. A causa de ese lugar somos quienes somos. Gracias a él se ha hecho posible el regalo más increíble: el regalo de estar vivos.
Todos juzgamos nuestras vidas por las cosas que suceden, por lo que pasa a nuestro alrededor, y esas cosas están siempre cambiando. Nos afectan mucho estos cambios. Algunas personas dicen que los cambios son buenos. Lo han leído en algún libro. Pero no siempre es así. Los cambios son buenos si van de acuerdo a tu Plan y suceden Oportunamente, no de forma repentina. Los cambios son buenos si el resultado final es de tu agrado. Para verlo en su justa dimensión, recuerden que los cambios llevan ocurriendo desde la época de nuestros primeros antepasados humanos.
Todos juzgamos nuestras vidas por las cosas que suceden, por lo que pasa a nuestro alrededor, y esas cosas están siempre cambiando. Nos afectan mucho estos cambios. Algunas personas dicen que los cambios son buenos. Lo han leído en algún libro. Pero no siempre es así. Los cambios son buenos si van de acuerdo a tu Plan y suceden Oportunamente, no de forma repentina. Los cambios son buenos si el resultado final es de tu agrado. Para verlo en su justa dimensión, recuerden que los cambios llevan ocurriendo desde la época de nuestros primeros antepasados humanos.
Para aquellos antepasados nuestros que trepaban a los árboles porque tenían miedo de todos los animales que querían comérselos, el cambio no era visto como algo bueno. Ellos querían empezar el día vivos, seguir vivos cuando se iban a dormir, y despertarse todavía vivos. Eso era lo que estaba bien. Tuvo que ser aterrador. Poco a poco fueron cambiando a vivir en cuevas, y eso llevaba consigo sus propios problemas. Tenían que tener cuidado de que la cueva no estuviera ya ocupada. Hoy en día, lo que ha cambiado más rápido es nuestra manera de pensar. Nos hemos hecho expertos en razonar, y tenemos nuestras creencias.
Hubo un tiempo en que las cosas debían estar basadas en hechos, y el saber tenía que ser real. No se trataba sólo creer, había que saber.
Nosotros hemos cambiado saber por creer. “Creo que tengo suficiente gasolina para llegar ahí”, pero no sabes que te vas a perder
Hubo un tiempo en que las cosas debían estar basadas en hechos, y el saber tenía que ser real. No se trataba sólo creer, había que saber.
Nosotros hemos cambiado saber por creer. “Creo que tengo suficiente gasolina para llegar ahí”, pero no sabes que te vas a perder
No hay ningún motivo para que te conformes con creer. No tienes por qué quedarte atascado en razonamientos. Puedes saber. La cuestión es, ¿qué es lo que eliges en tu vida como ser humano? Ser inconsciente es una opción y ser consciente es otra. En realidad se requiere la misma cantidad de esfuerzo para ser inconsciente que para ser consciente. Puedes pensar que ser inconsciente ahorra energía, pero si miras las consecuencias verás que no es así.
¿Y cuáles son esas consecuencias? Dolor y sufrimiento. Si has sufrido, ya sabes la cantidad de energía que se gasta en eso. No puedes dormir, lo que te cuesta muchísimo dinero. Necesitas pañuelos, tienes que comprar libros, llamar por teléfono, tienes que intentar encontrar algún alivio a ese sufrimiento terrible.
Puede parecer que el hecho de ser consciente requiere un poco más de energía, pero en realidad no es así, porque eres feliz. La felicidad no cuesta nada. Todo lo relacionado con la felicidad es gratis. Cuando eres feliz no te preguntas: “¿Tengo que llamar a alguien? ¿Tengo que hacer eso y lo otro?”.
No, simplemente te relajas. Todo es fantástico.
Quieres ser libre, pero has olvidado lo que uno siente cuando es libre.
Quieres comprender, pero has olvidado cómo hacerlo. ¿Y qué sucede? Que no prestamos atención a lo más valioso. Me refiero a este aliento. Es lo más valioso. Pero como es tan abundante, lo desdeñamos.
¿Y cuáles son esas consecuencias? Dolor y sufrimiento. Si has sufrido, ya sabes la cantidad de energía que se gasta en eso. No puedes dormir, lo que te cuesta muchísimo dinero. Necesitas pañuelos, tienes que comprar libros, llamar por teléfono, tienes que intentar encontrar algún alivio a ese sufrimiento terrible.
Puede parecer que el hecho de ser consciente requiere un poco más de energía, pero en realidad no es así, porque eres feliz. La felicidad no cuesta nada. Todo lo relacionado con la felicidad es gratis. Cuando eres feliz no te preguntas: “¿Tengo que llamar a alguien? ¿Tengo que hacer eso y lo otro?”.
No, simplemente te relajas. Todo es fantástico.
Quieres ser libre, pero has olvidado lo que uno siente cuando es libre.
Quieres comprender, pero has olvidado cómo hacerlo. ¿Y qué sucede? Que no prestamos atención a lo más valioso. Me refiero a este aliento. Es lo más valioso. Pero como es tan abundante, lo desdeñamos.
Nunca renuncies a saber. Gota a gota, gramo a gramo, no hay nada como saber. El sentimiento de la alegría, de la plenitud, de la paz, el sentimiento de estar enamorado…Cuando un ser humano está enamorado, hay plenitud en su interior. Cuando un ser humano está satisfecho porque ha sentido paz en su interior, eso supera cualquier descripción del paraíso. Es puro cielo lo que brilla en la cara de esa persona, y es inconfundible.
Entonces por fin el corazón se siente pleno y el ser humano queda satisfecho. El “ahora” se hace infinito, el aliento se convierte en algo muy valioso y todo encaja perfectamente. Entonces empiezas a ver la perfección porque la niebla se ha disipado. Todo lo que estaba oscuro o escondido se ilumina, y puedes ver. Y al poder ver, ya no hay miedo. ¿Sabes lo que es no tener miedo? No tienes por qué tener miedo; puedes tener ese sentimiento dentro de ti… Claridad, el verdadero cielo. Conocer. No tienes por qué estar nunca más con lo desconocido. No necesitas basarte en razonamientos, ni en creencias.
Ésa es la posibilidad. Elige sabiamente esta hermosa opción cada día. ¡Tan amable, tan dulce, tan bella, tan elegante!
Por Prem Rawat.
Entonces por fin el corazón se siente pleno y el ser humano queda satisfecho. El “ahora” se hace infinito, el aliento se convierte en algo muy valioso y todo encaja perfectamente. Entonces empiezas a ver la perfección porque la niebla se ha disipado. Todo lo que estaba oscuro o escondido se ilumina, y puedes ver. Y al poder ver, ya no hay miedo. ¿Sabes lo que es no tener miedo? No tienes por qué tener miedo; puedes tener ese sentimiento dentro de ti… Claridad, el verdadero cielo. Conocer. No tienes por qué estar nunca más con lo desconocido. No necesitas basarte en razonamientos, ni en creencias.
Ésa es la posibilidad. Elige sabiamente esta hermosa opción cada día. ¡Tan amable, tan dulce, tan bella, tan elegante!
Por Prem Rawat.